Europa impone un cargador universal USB tipo C para 2024
El 23 de septiembre de 2021, la Comisión Europea dio un paso importante contra los residuos electrónicos. En 2020 se vendieron en la UE unos 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles. Por término medio, los consumidores poseen unos tres cargadores de teléfonos móviles, dos de los cuales utilizan regularmente. A pesar de ello, el 38% de los consumidores afirma haber experimentado el problema de no poder cargar su teléfono móvil al menos una vez porque los cargadores disponibles eran incompatibles. Esto no sólo es incómodo, sino también costoso para los consumidores, que gastan alrededor de 2.400 millones de euros cada año en cargadores independientes que no se suministran con los dispositivos electrónicos. Además, se calcula que los cargadores desechados y sin usar acumulan hasta 11.000 toneladas de residuos electrónicos cada año.
Los años de trabajo con la industria en un enfoque voluntario ya han reducido el número de cargadores de teléfonos móviles de 30 a 3 en la última década, pero no han conducido a una solución completa. La Comisión propone ahora una legislación para establecer una solución de carga común para todos los dispositivos pertinentes.
El USB-C se convertirá en el puerto estándar para todos los smartphones, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces portátiles y consolas de videojuegos portátiles. Además, la Comisión propone disociar la venta de cargadores de la venta de aparatos electrónicos. Esto mejorará la comodidad para los consumidores y reducirá la huella medioambiental asociada a la producción y eliminación de cargadores, apoyando así las transiciones ecológica y digital.
La Comisión propone :
- Un puerto de carga armonizado para los dispositivos electrónicos: el USB-C será el puerto común. Esto permitirá a los consumidores cargar sus dispositivos con el mismo cargador USB-C, independientemente de la marca del dispositivo.
- La armonización de la tecnología de carga rápida evitará que los distintos fabricantes limiten injustificadamente la velocidad de carga y contribuirá a garantizar que la velocidad de carga sea la misma al utilizar cualquier cargador compatible con un dispositivo.
- Separar la venta de un cargador de la venta del dispositivo electrónico: los consumidores podrán comprar un nuevo dispositivo electrónico sin un nuevo cargador. Esto limitará el número de cargadores no deseados que se compran o se dejan sin usar. Se calcula que la reducción de la producción y eliminación de cargadores nuevos reducirá la cantidad de residuos electrónicos en casi mil toneladas al año.
- Mejora de la información al consumidor: los fabricantes tendrán que proporcionar información relevante sobre el rendimiento de la carga, incluida la información sobre la potencia que necesita el dispositivo y si es compatible con la carga rápida. Esto facilitará a los consumidores ver si sus cargadores actuales cumplen los requisitos de su nuevo dispositivo o les ayudará a elegir un cargador compatible. Junto con las demás medidas, esto ayudaría a los consumidores a limitar el número de cargadores nuevos que compran y a ahorrar 250 millones de euros al año en la compra de cargadores innecesarios.